Hoy consultamos a nuestro óptico-optometrista, Alejandro Higueras, acerca del uso de las famosas gafas premontadas, esas gafas tan económicas que encontramos en muchos comercios y que nos hacen plantearnos la diferencia entre estas y las de cerca que podemos adquirir solo en centros ópticos.
¿Qué son las gafas premontadas?
Las gafas premontadas son las que vienen con una graduación standard, que podemos comprar en multitud de sitios sin necesidad de graduarnos la vista.
Su calidad es muy justa y la montura suele ser de un plástico inyectado muy sencillo que no se puede ajustar. Los cristales no son mucho mejores, la cantidad de aberraciones, la transparencia de las lentes, y la exactitud de la corrección son básicas.
¿Por qué son tan populares?
Por desconocimiento. El único uso razonable de estas gafas es la emergencia, por ejemplo: se me han roto las mías y tengo que ir a trabajar, me he ido el fin de semana a la montaña, he olvidado mis gafas y necesito algo para poder leer el periódico.
Cualquier cosa que supere el uso ocasional nos puede causar problemas.
¿Cuándo necesitamos unas gafas de cerca de óptica?
Aunque sólo necesitemos las gafas para leer y en contadas ocasiones, lo ideal es tener unas buenas gafas hechas especialmente para nosotros. Tendrán la graduación exacta, si hay diferencias de graduación entre ambos ojos (que es lo normal), o hay astigmatismo, estarán corregidos. Será montada según nuestra distancia exacta de pupilas (evitamos efectos prismáticos y aberraciones).
¿Qué ocurre si usamos gafas premontadas continuamente?
El uso de las gafas premontadas, aunque sea poco rato, nos puede dañar la vista. Usadas de forma continua pueden causarnos dolores de cabeza, estrés visual, problemas de doble imagen y fusión, y sobre todo, agravar nuestro problema de vista cansada.
